El Séptimo Día del Sabbat: Restaurando la Brecha

Una reforma del Calendario es necesaria. Sin embargo, en lugar de cambiar el calendario papal (Gregoriano) en alguna forma nueva, el verdadero Calendario del Creador debe ser restaurado por aquellos que desean venerarlo. La Escritura lo declara:

"En verdad Mis Sabbats guardéis: porque es señal entre Mí y vosotros por vuestras generaciones; para que sepáis que Yo Soy Yahuwah que os santifico. Guardad el Sabbat, por lo tanto; porque santo es a vosotros. . . Seis días se trabajará; pero en el séptimo día es el Sabbat de reposo consagrado a Yahuwah:. Cualquiera que hiciere obra el día del Sabbat, seguramente será castigado con la muerte" 1

Es imprescindible que todos tengan un conocimiento inteligente de estos asuntos vitales. Una adoración falsa requiere de un calendario falso y Satanás está bien preparado para confundir las mentes con una serie de falsos métodos de cronometraje. La semana moderna en uso hoy, se trasladará al Calendario Mundial, el cual se basa en el paganismo:

Septem Planatæ: De los siete dioses planetarios se derivan los nombres modernos de los días de la semana. Luna, la diosa de la luna, estaba más cerca de la tierra. Más alejado era Saturno. Saturnus / Saturno, como el dios más importante se le asignó la primera hora del primer día de la semana, haciéndolo el dios de ese día: el Sábado. La segunda hora del primer día perteneció a Júpiter y así sucesivamente. La última hora del primer día de la semana pertenecía a Marte, por lo que la primera hora del segundo día se dedicó al Solis, el dios sol. Esto lo hizo el dios del segundo día de la semana: el Domingo. El resto de los días de la semana eran igualmente nombrados. Venus, la diosa del amor, la primera hora del último día de la semana la tuvo, dies Venus, o el Viernes.

Esta semana planetaria era la falsificación pagana de la verdadera semana Bíblica instituida por el Creador en el principio de la historia de la Tierra. Así como el verdadero día de reposo, el Sabbat, está inseparablemente ligado a la semana Bíblica, el origen pagano necesitó un ciclo semanal y estableció el falso Sabbat. Por lo tanto, hemos encontrado que las dos instituciones fraudulentas estaban unidas entre sí. La aplicación fornicaria de la celebración semanal Dominical dada en el Concilio de Nicea, en el año A.D. 321-325, dió reconocimiento oficial a la semana de siete días y dió lugar a la introducción de la misma en el calendario civil oficial de Roma. Los Romanos han pasado ese calendario hasta nosotros hoy, y como prueba de ello tenemos aun los antiguos títulos planetarios de los días de la semana pagana. 2

La reforma del calendario necesaria hoy, es un retorno al verdadero cálculo Bíblico cronológico de la Creación. La reforma del Sabbat exige la reforma del Calendario.

La obra de la reforma del Sabbat que se llevará a cabo en los últimos días está predicho en la profecía de Isaías: "Así ha dicho Yahuwah [YHWH], Practiquen la justicia, y hagan lo recto porque mi salvación está cerca, y Mi justicia para ser revelada. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo del hombre que a ello se aferra; que guarda el Sabbat sin profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal." "Los hijos de los extranjeros que sigan a Yahuwah, para servirle, y para amar el nombre de Yahuwah, para ser sus siervos, todos los que guardaren el Sabbat de profanarlo, y abrazaren Mi pacto; incluso les traeré a Mi santo monte, y los alegraré en Mi casa de oración." [Isaías 56: 1, 2, 6, 7,KJV]

Estas palabras se aplican en la era Cristiana, como lo muestra el contexto: "El [Soberano YHWH], que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré otros a él, junto a los que se unieron en él." [Isaías 56: 8,KJV]. Aquí se prefiguró la reunión de los gentiles por el evangelio. Y a los que entonces honren el Sabbat, una bendición será pronunciada. Por lo tanto la obligación del cuarto Mandamiento se extiende más allá de la crucifixión, resurrección y ascensión de Cristo, hasta el tiempo en que sus siervos predicaran a todas las naciones el mensaje de buenas nuevas.

Yahuwah ordenó por el mismo profeta, "Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos." [Isaías 08:16]. El sello de la ley de Yahuwah se encuentra en el cuarto Mandamiento. Sólo este, de los diez, revela ambos: el nombre y el título del Dador de la Ley. Lo declara ser el Creador de los Cielos y la Tierra, y de este modo muestra Su reverencia y adoración por encima de todos los demás. Aparte de este precepto, no hay nada en el Decálogo que demuestre por cuál autoridad la ley es dada. Cuando el Sabbat fue cambiado por el poder papal, el sello fue quitado de la ley. Los discípulos de Yahushua son llamados a restaurarlo, exaltando el Sabbat del cuarto Mandamiento a Su correspondiente posición como conmemoración del Creador y señal de Su autoridad.

"¡A la ley y al testimonio." Mientras que las doctrinas y teorías contradictorias abundan, la ley de Yahuwah es la regla infalible por el cual todas las opiniones, doctrinas y teorías deben ser probadas. El profeta dice: "Si no dijeren conforme a estas palabras, es porque no hay luz en ellos. [Isaías 08:20, KJV].

Una vez más, se da la orden: "Gritad en alta voz, no te detengas; alza Tu voz como trompeta, y muetra a Mi pueblo su transgresión, y a la casa de Jacob sus pecados." No es al mundo malvado a quien se dirige estas palabras, es a aquellos a quienes Yahuwah designa como "Mi pueblo", quienes van a ser reprendidos por sus transgresiones. Él declara además: "y aun me buscan cada día, y se regocijan conocer Mis caminos, como nación que hizo justicia, y que no descuidan la ley de Su Eloah." [Isaías 58: 1, 2.] Aquí se expone a una clase quienes se creen ser justos, y parecen manifestar gran interés en el servicio de Yahuwah; pero el reproche severo y solemne del Buscador de corazones les prueba que están pisoteando los preceptos divinos.

Así, el profeta señala a la ordenanza que ha sido abandonada: "Tú levantarás los cimientos de generación y generación; y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar, Si retrajeres tu pie. del Sabbat, de hacer tu voluntad en Mi día santo, y al Sabbat llamares delicias, santo de Yahuwah, honorable, y harás honor a El, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras; entonces te deleitarás en Yahuwah." [Isaías 58: 12,13]. Esta profecía se aplica también en nuestro tiempo. La brecha se hizo en la ley de Yahuwah cuando el Sabbat fue cambiado por el poder romano. Pero ha llegado el tiempo para que esa institución divina sea restaurada. La brecha ha de ser restaurada, y se levante la fundación de muchas generaciones.

Santificados por el reposo y bendición del Creador, el Sabbat fue guardado por Adán en su inocencia en el santo Edén; con Adán, caído pero arrepentido, cuando fue expulsado de su estado feliz. Se ha guardado por todos los patriarcas, desde Abel hasta el justo Noé, Abraham, Jacob. Cuando el pueblo escogido estaba en la esclavitud de Egipto, muchos, en medio de la idolatría imperante, perdieron el conocimiento de la ley de Yahuwah; pero cuando Yahuwah liberó a Israel, proclamó Su ley con terrible grandeza a la multitud reunida, para que conozcan Su voluntad, y le teman y obedecieran por siempre.

Desde ese día hasta el presente, el conocimiento de la ley de Yahuwah se ha conservado en la tierra, y el Sabbat del cuarto mandamiento se ha guardado. Aunque el "hombre de pecado" logró pisotear el día santo de Yahuwah, sin embargo, incluso en el período de su supremacía, hubo siervos escondidos en lugares secretos, las almas fieles que le dieron honra. Desde la Reforma, ha habido algunos en cada generación quienes han guardado su observancia. Aunque a menudo en medio del reproche y persecución, un testimonio constante cargó y soportó la perpetuidad de la ley de Yahuwah, y la obligación sagrada del Sabbat de la Creación.

Estas verdades, presentadas en Apocalipsis 14, en relación con el "evangelio eterno", distinguirán a la iglesia de Cristo en el momento de su aparición. Porque es el resultado del anuncio del tercer mensaje: "Aquí están los que guardan los Mandamientos de Yahuwah, y la fe de Yahushua." Y este mensaje es el último que será dado ante la venida del Maestro. Inmediatamente después de su proclamación, el Hijo del hombre es visto por el profeta, viniendo en gloria para segar la mies de la tierra. 3

Este es un tema que es igualmente impopular entre todos. Es una verdad incómoda. La Reforma Protestante comenzó un proceso de restauración de las verdades perdidas a los solicitantes de corazón honesto. El primer paso en la reforma del Sabbat fue descubrir que el Domingo no era el Sabbat Bíblico como muchos habían creído.

A medida que se le llamó la atención al pueblo sobre el tema de la reforma del Sabbat, los ministros populares pervirtieron la Palabra de Yahuwah, colocando tales interpretaciones sobre Su testimonio, como mejor tranquilizara a las mentes inquisitivas. Y aquellos quienes no buscaban las Escrituras por sí mismos, se conformaron en aceptar conclusiones que estaban de acuerdo a sus deseos. Por la discusión, sofismas, la autoridad de los Padres y la autoridad de la iglesia, muchos se esforzaron en derrocar a la verdad. Sus defensores fueron conducidos a sus Biblias para defender la validez del cuarto Mandamiento. Hombres humildes, armados solo con la Palabra de la verdad, resistieron los ataques de los hombres de la ciencia, quienes con sorpresa e ira, encontraron su sofismo elocuente impotente contra el razonamiento simple y directo de los hombres que estaban versificando las Escrituras, en vez de las sutilezas de las escuelas.

Ante la falta de testimonio Bíblico en su favor, muchos de ellos con incansable persistencia instaron: "¿Por qué no nuestros grandes hombres entienden esta tema del Sabbat? pero pocos creen como ustedes. No puede ser que usted tengan razón, y que todos los hombres de ciencia en el mundo estén equivocados”. olvidando de cómo se había empleado el mismo razonamiento contra Cristo y Sus Apóstoles.

Para refutar tales argumentos sólo fue necesario citar las enseñanzas de las Escrituras y la historia de Yahuwah con Su pueblo en todas las edades. Yahuwah obra a través de los que escuchan y obedecen Su voz, aquellos hablarán verdades desagradables, de ser necesario, aquellos que no temen reprender pecados populares. La razón por la cual Él no elige más a menudo, hombres de ciencia y de alta posición para llevar a cabo los movimientos de reforma, es que ellos confían en sus credos, teorías y sistemas teológicos, y no sienten la necesidad de ser enseñados por Yahuwah. Sólo aquellos que tienen una conexión personal con la Fuente de la sabiduría son capaces de entender o explicar las Escrituras. Aquellos que tienen poca enseñanza de las escuelas teologicas son llamados a veces a declarar la verdad, no porque no tengan estudios, sino porque no son demasiado autosuficientes que se les enseñe de Yahuwa]. Ellos aprenden en la escuela de Cristo, y su humildad y obediencia los hace grandes. En compromiso con ellos un conocimiento de Su verdad, Yahuwah les confiere un honor, a comparación con la del honor terrenal y la grandeza humana que se hunden en la insignificancia. 4

El siguiente paso en la restauración de la verdad, es el conocimiento que el Sabbat Bíblico no es ni el sábado ni el domingo. Para venerar en el Sabbat, el verdadero calendario Bíblico debe ser utilizado para encontrar ese día. Esta verdad debe ser compartida con el mundo para que todos los que deseen un conocimiento de la verdad, no sean dejados en la ignorancia.

Ahora, como en épocas anteriores, la presentación de la verdad que reprende los pecados y errores de los tiempos, levantará oposición. "Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas." [Juan 3:20.]

A medida que los hombres vean que no pueden mantener sus posiciones según las Escrituras, muchos escogerán hacerlo a todo riesgo, y con un espíritu malévolo atacan el carácter y los motivos de los que se interponen en defensa de la verdad impopular. Es la misma póliza que se ha arrastrado en todas las edades. Elías fue declarado ser un perturbador de Israel, Jeremías un traidor, Pablo un contaminador del templo. Desde esos días hasta hoy, aquellos que sean leales a la verdad, son despreciados y denunciados como sediciosos, herejes o cismáticos. Las multitudes firmes en su incredulidad de aceptar la segura palabra profética, recibirán con "ciega credulidad" una acusación en contra de aquellos que se atreven a reprender los pecados de moda. Este espíritu se incrementará más y más. Y la Biblia enseña claramente que el tiempo se acerca cuando las leyes del Estado harán conflicto con la ley de Yahuwah, entonces quienes obedezcan todos los preceptos divinos deberán enfrentar reproche y castigo como un malhechor.

Y en vista de esto, ¿cuál es el deber del mensajero de la verdad? ¿Deberá concluir que la verdad no debería ser presentada, ya que a menudo su único efecto es despertar en los hombres a evadir o resistir su clamor? No; no hay razón porque detener el testimonio de la Palabra de Yahuwah, aunque excite la oposición, como les pasó a los reformadores anteriores. Las confesiones de fe de los santos y de los mártires fueron registradas en beneficio de las generaciones venideras. Esos ejemplos vivos de la santidad y la integridad inquebrantable han bajado a inspirar valor en los que ahora son llamados a ser testigos de Yahuwah. Ellos recibirán la gracia y la verdad, no para ellos solos, sino que, a través de ellos, que el conocimiento de Yahuwah pueda iluminar la tierra. ¿Ha dado luz Yahuwah a Sus siervos en esta generación? Entonces deben hacer que brille ante el mundo.

Antiguamente Yahuwah declaró a uno que hablaba en Su nombre, "La casa de Israel no va querer hacerte caso; porque no quieren hacerme caso a Mí." Sin embargo dijo: "Tú hablarás Mis palabras a ellos, aunque te escuchen o no." [Ezequiel 3: 7, 2: 7 KJV]. Para el siervo de Yahuwah es dirigida esta ordenanza:

"Alza tu voz como trompeta (alerta), y anuncia a Mi pueblo Su rebelión, y a la casa de Jacob sus pecados."

En lo que sea a sus oportunidades, todo el que ha recibido la luz de la verdad está en la misma responsabilidad solemne y temible, tal como fue al profeta de Israel, a quien la palabra de Yahuwah vino, diciendo: "Hijo de hombre, Yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de Mi boca, y advertirles de Mí. Cuando Yo dijere al impío: Impío, ciertamente morirás; si tú no hablas para advertir al impío de su camino, el impío morirá por su maldad, pero su sangre Yo la demandaré de tu mano. Y si tú adviertes al impío de su camino; si él no se aparta de su camino, deberá morir por su maldad, y tú habrás librado tu alma." [Ezequiel 33: 7-9].

El gran obstáculo tanto a la aceptación y a la proclamación de la verdad, es el hecho de que se trata de inconveniencias y reproches. Este es el único argumento en contra de la verdad que sus defensores no han podido refutar. Pero esto no les impide a los verdaderos seguidores de Cristo. Estos no esperan que la verdad se popularice. Convencidos de su deber, aceptan deliberadamente la cruz, con el apóstol Pablo, contando en "esta leve tribulación, que no es más que un momento, pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho más grande y abundante" [2 Corintios 4:17] con uno de la antigüedad, " Consideró de más valor sufrir la deshonra del Mesías que gozar de la riqueza de Egipto.” [Hebreos 11:26]

Cualquiera que sea su profesión, sólo aquellos que son servidores del mundo en el corazón actuarán por conveniencia en lugar de vivir por principios bíblicos. Debemos escoger lo correcto porque es lo correcto, y dejar las consecuencias a Yahuwah. Para los hombres de principios, la fe y la audacia en el mundo está en deuda por sus grandes reformas. Por tales hombres la obra de reforma en este tiempo debe llevarse adelante. “Yo les digo que Elías ya vino, y que ellos no lo reconocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a sufrir a manos de ellos.” (Mateo 17:12, DHH)

Así ha dicho Yahuwah: "Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está Mi ley: No temáis afrenta de hombre, ni tengáis miedo de sus ultrajes. Porque la polilla se los comerá como a prendas de vestir, y el gusano se las comerá como la lana; pero Mi justicia permanecerá por siempre, y Mi salvación de generación en generación” [Isaías 51: 7, 8] 5

La Gran Controversia entre Cristo y Satanás es sobre el culto. Este es un tema que preocupa a todos los que viven en la faz de la tierra. Debido a que el Creador tiene el derecho de decidir cuándo se le debe adorar, el día en que elijes dar tu adoración es la señal de lealtad a su Eloah. Su día de adoración revelará si está adorando a Yahuwah el Creador o al poder revelado en Daniel 7:25 queriendo erigirse en oposición a Yahuwah por pensar "cambiar el calendario y la ordenanza" (Daniel 7:25, traducción Knox.)

El Creador vuelve a restaurar la verdad a Su pueblo sobre cómo Sus días del Sabbat son calculados. Su sello se encuentra en el día del Sabbat, porque el cuarto Mandamiento es el único de los diez que contiene Su nombre y lugar como el Creador. El sello de Yahuwah se presentó a Juan el revelador como el propio nombre de Yahuwah Mismo siendo escrito en la frente a los santos: "Y miré, y he aquí el Cordero estaba sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de Su Padre escrito en sus frentes. "6 "Todos los que entrarán al [Cielo] tendrá el manto de la justicia de Cristo, y el nombre de Yahuwah será visto en sus frentes. Este nombre es el símbolo que el apóstol vió en la visión, y significa la rendición de la mente a la obediencia inteligente y leal a todos los Mandamientos [de Yahuwah]. "7

Hay una necesidad de la reforma del calendario, cual ningún hombre puede tocar. Los que aman a Su Creador deben restaurar Su calendario y honrarlo dándole gloria en el verdadero Sabbat del séptimo día del calendario Bíblico. Esto requiere la voluntaria rendición de la mente a una "obediencia inteligente y leal a todos los Mandamientos de Yahuwah ante todo."

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Referencias bibliográficas

1 Éxodo 31:13-15

2 Robert L. Odom, Sunday in Roman Paganism, (New York: TEACH Services, Inc., 2005, pp. 243-244.)

3 E. G. White, The Great Controversy, (Oakland, California: Pacific Press, 1888), pp. 451-454.

4 White, op cit., pp. 455-456, énfasis añadido .

5 White, op cit., pp. 458-460, énfasis añadido .

6 Apocalipsis 14:1

7 E. G. White, Sons and Daughters of God, p. 370.